Sería Carlos capaz de irse de Australia sin ver la Gran Barrera de Coral? renunciaría a una de las cosas que según dicen los expertos hay que ver, al menos, una vez en la vida?? podría continuar con su tranquila vida después de la paliza que le dio Silvia nada más bajarse de la avioneta con frases del estilo "ohh! increíble! tienes que verlo!!"??? Pues no, evidentemente no fue capaz y también se dejó atrapar por la belleza inconmensurable de la Gran Barrera de Coral... aunque esta vez desde un poquito más cerca, el mar.

Y que conste que me planteé seriamente lo de subir a la avioneta después de ver la cara de felicidad de Silvia al bajarse de ella (y las espectaculares fotos que hizo, todo sea dicho), pero mi pequeño sueño era otro, era caminar junto al coral de la Gran Barrera y poder tocarlo. Así que para ello sólo teníamos una opción, subirnos a un barco rumbo a alguna de las varias islas perdidas del Mar del Coral, el mar que acoge el mayor arrecife coralino del mundo!

De las diferentes opciones que teníamos nos decantamos por una isla 72km mar adentro de Gladstone, situada justo en el trópico de Capricornio y que
Víctor y Raquel, la pareja viajera con la que coincidimos en Auckland, nos recomendaron enérgicamente. Además, era la única de un grupo de 3 que al ser temporada baja ofrecía 2x1 y como buenos catalanes que somos, no tuvimos ninguna duda, elegimos Heron Island! un momento, tiburones nada más llegar? quizá teníamos que haber elegido la cara... ;P

Hacía mucho, muchísimo tiempo, que no estábamos rodeados de tanto lujo y excelencia hotelera. Que si reunión de bienvenida, cóctel de bienvenida, paseo de bienvenida... era como si no encajáramos mucho en todo aquello, "dos mochileros entre la jetset australiana" pero que demonios! si hay que ponerse en la piel de un tipo con pasta, pues también nos sabemos poner ;P Dónde seguro que se nos notó que a este tipo de actividades no estamos muy acostumbrados fue cuando pasamos a comer y es que literalmente, engullimos todo lo que había en el buffet libre. Nos pusimos las botas con quesos, olivas y embutidos que hacía muuucho tiempo que no comíamos! Y luego la habitación... desde que dejamos Auckland que no dormíamos en una cama en condiciones, bueno quizá a esta lo de "en condiciones" se le queda corto ;P

Nuestra estancia en la isla sería fugaz, en horas, menos de 24, así que teníamos que aprovechar para ver y hacer todo lo que pudiéramos. Menos mal que para recorrerla sólo hace falta un paseo de 20 minutos con lo que os podéis hacer una idea de lo pequeña que es. En realidad es uno de esos pequeños caprichos que la naturaleza ha regalado a la humanidad, un trocito de arena, árboles (aquí no hay palmeras) y todo ello envuelto de pequeños grupos de corales, espectacular!

Caminando relajadamente por la isla se nos hizo de noche, momento en el que también disfrutamos de una bonita puesta de sol.

Bueno y que decir de la cena... esta vez a la carta. Empezamos a leer los nombres de los platos pero no nos enterábamos de nada. Un menú hecho por Ferran Adrià? pues no, pero el chef del restaurante poco tenía que envidiarle. Mmm que bueno estaba todo! eso sí, por que no acabarían de llenar el plato del todo? ;P

Al día siguiente nada más levantarnos y desayunar (otro fantástico buffet) nos pusimos el tubo, las gafas y al agua! Era el mejor momento para hacer snorkel ya que la marea estaba en su punto más alto, pero lo que era la temperatura... el agua estaba helada! en ese momento entendimos porque era temporada baja. Además no alquilamos los típicos neoprenos (se tenía que pagar a parte :S) así que nada, hasta que el cuerpo aguantase!

Como se suele decir en estos casos (aunque es completamente verdad), las fotos que tomamos debajo del agua no hacen justicia de lo que realmente vimos pero al menos, para hacerse una idea ya sirven. Aunque sólo fuera por el hecho de poder fotografiar a una tortuga a pocos centímetros de nosotros, alquilar una cámara acuática estaba más que justificado. Lástima que nos vendieran gato por liebre... que cámara más mala! También vimos tiburones de arrecife (los que tienen un punto negro en la aleta) a pocos metros de nosotros y peces de colores por todos lados.
Al final nuestro cuerpo no aguantó más de media hora debajo del agua y aunque salimos tiritando (y no se nos fueron los temblores hasta pasada una hora) fue una de las mejores experiencias de todo el viaje! Antes de subirnos al barco y abandonar este pequeño paraíso, aprovechamos que la marea ya estaba baja para darnos el último paseo entre los espectaculares arrecifes de la Gran Barrera de Coral. Sin palabras!

Con esta experiencia que nunca borraremos de nuestra memoria, nos subimos de nuevo a nuestra inseparable "Hippie" dirección Brisbane, ciudad dónde pondremos punto y final a nuestra etapa australiana :)
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La Gran Barrera de Coral desde Heron Island - información útil
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