Después de varios días entre lagos y colores otoñales, abandonábamos la provincia de Otago para adentrarnos en la West Coast (Costa Oeste). Aquí, aquellas praderas y montañas redondas de suaves tonos verdes y amarillos daban paso a bosques húmedos, montañas escarpadas y una majestuosa y salvaje línea costera.

En este lado del país estuvimos cerca de 3 días recorriendo buena parte de su litoral y sus maravillas naturales. Cinco nada más y nada menos, son los parques nacionales que alberga esta región y 3 de ellos forman el denominado (en maorí)
Te Wāhipounamu, que es uno de los 3 Patrimonios de la Humanidad que actualmente tiene Nueva Zelanda. Esto convierte a la provincia de la Costa Oeste en la que más área protegida posee.

La primera parada fueron los glaciares de Fox y Franz Josef, dos de los aproximadamente 140 glaciares que todavía hoy, conviven en el país. No son ni los más grandes o largos pero sí los más accesibles, conocidos y visitados aunque seguramente, el hecho de encontrarse a tan sólo a 300 metros por encima del nivel del mar tenga también, parte de culpa. A nosotros nos parecieron espectaculares pero como tampoco entendemos mucho de glaciares quizá un experto en la materia sólo diría que están bien. Aquí van unas cuantas fotos y así que cada uno saque sus propias conclusiones ;P


Aunque se pueden contratar diferentes actividades como el viaje en helicóptero con parada en la cima de alguno de los glaciares, nosotros nos conformamos con hacer las caminatas de no más de una hora desde el párking hasta el final de la gran lengua de hielo. Al día siguiente nos acercamos al pequeño lago Matheson, uno de los más bonitos que hemos visto hasta la fecha, gracias en parte, a las espectaculares vistas que hay del Monte Cook y su imagen perfectamente reflejada en sus tranquilas aguas.

Esa misma tarde continuamos por la carretera dirección norte hasta otra de las maravillas naturales de la West Coast, las "Pancake Rocks". Estas curiosas formaciones de roca caliza más propias de la obra de un escultor que de la erosión del viento, lluvia y agua del mar, se formaron hace unos 30 millones de años. Quizá esperábamos algo más de extensión ya que la zona es bastante pequeñita pero ver esas increíbles ondulaciones y capas en la roca es algo que no se ve todos los días ;)

Y el último de los 3 días fuimos hasta el Cabo Foulwind para ver una de las colonias de focas más activas del país. Desde la plataforma situada a unos 12 metros de dónde suelen hacer vida, contamos más de 20 juguetonas y graciosas crías. Sin duda, una clara señal de que los neozelandeses se toman muy en serio la fauna de su país, que es al final, uno de sus mayores tesoros.
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INFORMACIÓN PRÁCTICA PARA FUTUROS VIAJEROS
Glaciar Fox y Franz Josef, Pancake Rokcs y Cabo Foulwind - información útil
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